El Tabernáculo santo
Moises impulso le dió,
Sus escritos los guardó
I de Israel fué el encanto.
La obra i la tienda sagrada
De treinta varas de largo,
Diez de alto que sin embargo
I diez de ancho fué calzada
De tal modo fabricada
I su material fué tanto,
Madera fina por cuanto,
Con la órden del Señor,
Hizo así el lejislador
El Tabernáculo santo.
Revistió las tablas de oro,
Le adornaba una cortina
Bordada, según se opina,
Como sin igual tesoro,
Para que mirase el moro,
Como que así sucedió,
Que al verla se convirtió
Un jentil del mismo Oriente,
Al muro de Dios frecuente
Moises impulso le dió
Aquel modelo honorario
En dos partes dentro afianza,
Una el arca de la alianza
I en la menor el santuario;
Con respeto necesario
Era una caja se habló,
De una cubierta se halló
Que habian dos querubines,
El profeta en los confines
Sus escritos los guardó.
Las dos tablas de la lei
I un vaso que contenia
Maná que tanto servia,
El cual no tuvo ni el rei;
Jente de su misma grei
En holocaustos un canto,
Era oracion sin quebranto
En union dijo: Rosabro,
De oro fino el candelabro
I de Israel el encanto.
Al fin diré de que habian,
Como en forma de arcabuces,
Siete brazos con sus luces
Que allí dia i noche ardian,
Los perfumes se veian
En el átrio mas vecino,
Daban prueba del destino
Con el misterio sagrado;
Todo lo manifestado
Fué para el culto divino.