EL ASESINATO
de la Cañadilla.

    Francisco Javier Salinas
Dice que agravio cobró,
Asesinando a su esposa
Su ruina no mas labró.

    Su primer declaración
Espuso que un tal Menares
Añadia sus pensares
I heria su corazon.
Escrita su relaracion
Se hizo autor de tantas ruinas,
De las casas mas vecinas
Habla el vulgo i lo repuna.
Que hizo dos muertes en una
Francisco Javier Salinas.

    De infanticidio notado
Está ahora en lo presente,
Ya confesó el delincuente
I Nicanor ha negado.
Dice el mas acriminado
Que él varias cartas halló,
Con la firma del que huyó,
Nadie lo habla a punto fijo
Ultimando a madre e hijo
Dice que agravio cobró.

    Si Salinas su intencion
Tenia, como acontece.
Cómo no esperó naciese
La mujeril o varon.
Tan ingrata presuncion
Que dió con muerte alevosa
No meditó en otra cosa
Puesto que autor se declara;
La lei tampoco lo ampara
Asesinando a su esposa

    Una hacha fué el instrumento
Con la cual le dió de hachazos,
El cráneo le hizo pedazos
En aquel fatal momento.
Después de cumplir su intento
Al policial lo llamó,
Diciéndole: he dado yo
La muerte a quien me ofendió,
I el guardian le respondió:
Su ruina no mas labró.

    Al fin cierto apesarado
Salinas debe encontrarse,
I Menares al carearse
Temblará como azogado.
En caso de ser culpado
Esto les voi a advertir
Que siempre he oido decir
I en mis sentidos penetro,
Porque con el mismo metro
Que mides te han de medir.

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