HAZAÑA DE UN PATRAQUERO

    Uno de sombrero gacho
Entró a comprar huachacai
En una esquina o despacho
En donde aguardientes hai
Que hacen chuparse el mostacho.

    Mui cerca de la Maestranza
Se encuentra el tal despachito.
Allí con toda confianza
Beber se puede un traguito
Hasta llenar bien la panza.

    Por eso, el sujeto aquel
Entró allí confiadamente,
Preguntó por aguardiente,
I probó uno moscatel
I otro anisado excelente.

    Pero ántes de hacer el gasto,
Dejó junto al mostrador
Con el cuidado mayor
Algo asi como un canasto
Que llevaba un cobertor.

    A la dueña de la casa,
Que no es señora mui ducha
I tiene malicia escasa,
El individuo le pasa
Una tremenda copncha;

I le dice. —Mí señora,
Me parece bién el nitro
Quisiera saber ahora
Cuánto pide por el litro
De esta agüita bienhechora.

    —Cuatro reales, caballero,
La señora le contesta.
—Bueno; cuatro litros quiero:
Echemelos aquí en esta
Copuchita de ternero.—

    La copucha se llenó
Con cuatro litros cabales;
El al canasto la echó
I como unos nueve reales
De su bolsillo sacó.

    I los nueve reales esos
Los puso en el mostrador.
La dueña saltó: —Señor,
Usted me debe dos pesos:
Entéreme su valor.

    —Tiene usted razon! Yo vengo
Con la cabeza malita.
Dispénseme, señorita
Aquí mas plata no tengo,
Pero vivo mui cerquita.

    Si a pagarle su aguardiente,
Con esta plata no basto,
Volveré, si usted consiente.—
I sacó inmediatamente
La copucha del canasto.

    I recojió sin demora
Del mostrador el dinero
I dijo: —En un carto de hora
Vuelvo; hasta luego, señora.
—Hasta luego, caballero.

    Que es mucha la candidez
De la dueña se conoce,
Pues que con toda honradez
Cerrar no quiso a las dicz,
Ni a las once ni a las doce.

    I la una el reloj dá,
I la señora, que escucha,
La hora, a acostarse vá
Diciendo: «Ya no vendrá
El dueño de la copucha.»

    Esperó uno i otro dia
La crédula despachera
Que el sujeto aquel volviera;
I, viendo que no volvia,
Esclamó: «Ya esto es lesera.»

    A un hijo entónces llamó
I estasrazones le dijo:
—Que no vuelve, creo yo,
El de la copucha, hijo.
—Yo también creo que nó.

    —Ahora me ayudarás
A vaciarla, pues quizás
Desvaneciéndose siga
Siaqai lo dejamos más
Tomando gusto a vijiga.

    —Pero ántes de que al tonel
Vaciemos la capuchita,
Echeme en esta copita
Un trago de moscatel,
A ver si el flato me quita.

    Echó con mano segura
En una copa el jovencito
Un trago del Quilicura,
I esclamó lanzando un grito:
—¡Ai! madre! esta es agua pura!

    El bribón que anoche vino
Con aires de caballero
Nos hizo lesos, ¡qué indino!
Debe ser un patraquero,
I un patraquero el mas fino!

    —De veras: el indecente
Me ha engañado como a guagua,
Cambiándome de repente
La copucha de aguardiente
Por esta copucha de agua.—

    Miéntras tanto, el calavera,
Sin la menor inquietud,
Estará como tetera
Bebiendo por la salud
De la pobre despachera.

                                   El Pequen.

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