Fusilamiento del reo Faustino
Palma, en Buín.

    En noviembre fecha dos
A las diez de la mañana,
Se cumplió la lei humana
Y una alma voló hácia Dios.
Pagó allí el crimen atroz
Donde se constrita el alma,
El reo Faustino Palma,
Con todo arrepentimiento,
Pero, en ese gran momento
Faltóle el valor y calma.

    Cuando el viático llegó
A la lóbrega seldilla,
El criminal de rodilla
Humilde lo recibió;
Abatido se inclinó
Prorrumpiendo en oracion,
Pidiendo al mundo perdon,
Del delito cometido,
Estaba a la lei rendido
En llantos y confusión.

Era el último desespero
De su fatidico aliento,
Porque su crímen violento
No respetó ni estranjero;
Era su dia postrero
La hora fatal sonaba,
Y el reverendo auxiliaba
Aquel sér en su agonia,
Y mientras que se estinguia
El padre con él oraba.

    Mas despues en un segundo,
Leia allí el secretario
Al reo patibulario
El abandono del mundo.
Y aquel hombre moribundo
El Cristo en sus labios posa
Cual ayuda jenerosa,
Rei de los cielos y Arcano,
Que El sostiene con su mano
Tan tremenda y poderosa.                  

    De su selda en alta voz
Orando el reo partia,
Era su solemne dia
El se encomendaba a Dios.
Ya se oye el ruido feroz
De grillos en movimiento
Que le siguen a su asiento,
Es el terrible ejemplar
………………………………
Se siente el el aire tronar,
Y un sér se vé sin aliento…

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