Un poeta mui castiso
que hace plata como mote
a dos chicos del cogote
se llevó a Valparaiso.
Hallando el negocio muerto
un poeta mui nombrado
al Mapocho se echó a nado
con rumbo al vecino puerto;
encontró de un modo cierto
despues que puso un aviso
en el tiempo mas preciso
dos chicos categoría
i los contrató por dia
un poeta mui castiso.
Los muchachos en cuestión
eran del mismo tocino
uno Abel i otro Avelino
cual de los dos mas griton;
al fin llegan al Baron
i bajan del tren al trote
i en cuanto miran un bote
ggritan los dos ¡la batea!
i esto es para que se vea
que hace plata como mote.
Al mirar los maderales
palos grandes de los buques
esclamaron como tiuques:
¡mira, mira los perales!
Tomaban por animales
las olas dándose azote:
haste que de un papirote
el pueta perjudicado
se llevó para otro lado
a dos chicos del cogote.
Mirando unas boyas plomas
que hai adentro de la mar
no cesaban de gritar:
¡vé esas pelotas de gomas;
solo dejaron la broma
por un coscacho maciso
que les dió con su permiso
en toda la carne viva;
¡la vaca mas productiva
se llevó a Valparaiso!