Estamos bajo la influencia
de una terrible epidemia:
el asesino apremia
con la mayor insolencia;
hace poco sin clemencia
se ha muerto ados criminales
que por robar cuatro reales
fueron un crimen hacer
i ya a las once de aver
hubo otro on los Tribunales.
De Enriquez don Belisario
al jusgado de comercio
llegó un hombre que un tercio
sobraba pa presidario;
donde actúa el secretario
a un empleado encontró
i por gracia le pidió
lo dejara ver al Juez
contra un señor Pinochés
que su sueldo le robó.
El empleado que ahí estaba
era von Hesse Briseño
quien al verle feo ceño
el modo en que se espresaba,
le contestó que no estaba
i que era mas hacedero
que fuera a ver al portero
un señor don Pedro Uribe
i a este el pleito describe
i le dijo ser minero.
Le espuso que su
le debia un mes entero
porque el era pirquinero
i era esa su profesion;
Uribe con atencion
le hizo ver con verdad
la séria dificultad
que pa la demanda había
si Pinochet no venia
ni bajaba a la ciudad.
Le hizo otra observasion
casi por el mismo estilo,
mas no por eso el pililo
le quizo dar la razon;
dando rienda a su pasion
le hizo al portero ver
que el mismo se iba a hacer
la justicia por propia mano
i don Pedro Uribe en vano
lo trató de convencer.
Se llevó pasiando nn rato
esperando al Juez quizás
hhasta que no quizo mas
i sacó los pies del plato;
en su cerebro incensato
ya el vil proyecto tenía
de matar a sangre fría
al primero que encontrase
i sin que nadie notase
la hiel que lo consumía.
Despues de esto nuevamente
marchó a la secretaría
de donde entonces salía
Briceño tranquilamente;
i al verlo mirar sonriente
al pedir su protección
fué grande su irritación
i sacando un gran puñal
le tiró un golpe mortal
medio a medio al corazon.
Briceño se echó pa atras
i por medio de esta mueca
aunque se hirió en la muñeca
no fué a ver a Satanás
i porque un hombre ademas
sujetó el brazo asesino,
el hechor tomó el camino
con su sanguinario intinto!
lleyando el puñal ya tinto!
pero si guia ni tino.
Al topar en su despecho
al llegar al corredor
a don Pardo Nicanor
le hundió el puñal en el pecho
i al salir mui satisfecho
hacia la calle el bandido,
atacó bien decidido
a don Daniel Rencorét
i a otro señor Raihuet
i ninguno salió herido.
Dobló despues a la Plaza
por la calle Compañía
al oir la gritería,
de una comercial casa
salió de atras i lo abraza
Julio 2º Novoa,
haciendo accion de gran loa
porque hasta espuso su vida
capturando a este homicida
que puso a la Cárcel proa
La victima se quedó
en su sangre revolcando
i por hablar forsejiando
lo que nunca consiguió;
mui luego se le llevó
a la botica alemana
mas fué tentativa vana
tan salvadora medida
porque era mortal la herida
i murió en hora sercana.
Este brutal forajido
estuvo mui contrariado
por haberle preguntado
si se hallaba arrepentido;
Antolin Manzano ha sido
el nombre de este potoco
i al Juez se le alzó un poco
quien le hizo remachar grillos,
¡ya andan unos cuantos pillos
diciendo que se halla loco!
Viste el hombre pobremente
su ropa mugrienta i rota
i un zapato i una ojota
es su calzado indesente;
impresiona malamente
con su rostro redondeado,
su hueso frontal combado
su mirar endurecido;
es el modelo escojido
del criminal obsecado.
Sea la justicia atroz,
tremenda, cruel i sangrienta,
tan grande como la afrenta,
como la ira de Dios;
reciba muerte feroz
no se dè prision barata
al que en el crimen resbala
es mejor jugarle bala
hasta sacarle la nata!