Antenoche eran las diez
y habia luna mui bella,
convidaban las estrellas
a tomar fresco talvez,
yo sé como aquello fué
porque los diarios han dicho,
que no fué por un capricho
como se puede pensar,
que una partida a saltear
salió como malos bicho.
Con su hijo Aurelio Segundo
iba el señor de Cataldo,
mui tranquilo y sin pensarlo
que iba para el otro mundo,
esto pasó en un segundo
como lo voi a esplicar,
es un hecho singular
que en todo el centro ocurrió,
y en Calera sucedió
lo que yo voi a narrar.
Tres bandidos de repente
sacaron las carabinas,
metiendo muchas bolinas
aquella noche esplendente
Cataldo mui velozmente
en guardia quiso ponerse,
principiando a defenderse
con rapidez y valor,
dando las pruebas mejor
que no pensó en esconderse
Su hijo Segundo salió
en defensa de su padre,
recibiendo, por la madrel
un tiro que lo mató,
o otro balazo dejó
muerto a Cataldo ahí mismo,
los rotos con gran cinismo
mui luego lo trajinaron,
y la plata le sacaron
los malhechor sin bautismo
Por último padre e hijo
muertos allí los dejaron
y luego los levantaron
para enterrarlos de fijo,
luego llegó el juez y dijo:
persigan a los bandidos
que para el rio han huido,
y traiganlos lijerito
para pagar el delito
terrible que han cometido.