Parece un sueño señor
lo que ocurrió en Linderos,
con modos i jestos fieros
se hizo un crímen que da horror
un hombre que por favor
fiado pidió empanadas,
quiso como hacer jugadas
y no pagar su valor,
cometiendo sin temor
acciones mui despiadadas.
Alfonso Vargas se llama
el niñito comerciante,
que se ocupaba ambulante
y que ya tenia fama:
descendia de una rama
de jente trabajadora,
y su madre que lo llora
ahora desesperada,
en lágrimas anegada
justicia por su hijo implora.
Y fué Guillermo Vergara
la fiera que lo mató,
todo porque le cobró
empanadas que le fiara;
como no se las pagara
preso al cuartel lo mandó,
Vergara se enfureció
y meditó la venganza,
haciendola sin tardanza
despues que bien la pensó,
Con alhagos i promesas
al niño llamó a pagarse,
pero fué para vengarse
con zañamiento i bajezas,
lo tomó con lijerezas
de fiera que no se espanta,
y la mano en la garganta
le apretó desesperado,
con risa de condenado
lo tapó con una manta.
La lengua se la arrancó
cuando estaba agonizante,
lo declaró con desplante
«porque aquel lo denunció»;
despues el cuerpo escondió
en las cercas del potrero
y este crímen que refiero
el juez lo va a castigar
de una manera ejemplar
como así lo considero.