Aquí me pongo a cantar
al compas de la vigüela,
que al hombre que lo desvela
una pena estraordinaria,
como el ave solitaria
con el cantar se consuela.
Pido a los santos del Cielo
que ayuden mi pensamiento,
es pido en este memento
que yoi a cantar con gloria
me refresquen la memoria
i aclaren mi entendimiento.
Vengan Santos milagrosos,
vengan todos en mi ayuda,
que la lengua se me añuda
i ee me turba la vista
pido a mi Dios que me asista
en esta ocación tan ruda.
Yo he visto muchos cantores
de famas bien obtenidas,
i que despues de adquiridas
no las quieren sustentar;
parece que sin largar
se cansaron en partidas.
Mas donde otro roto pasa
José Arroyo ha de pasar,
nada mo hace recular
ni las fantasmas me espantan
i desde que todos cantan
yo tambien quiero cantar.
Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar
i cantando he de llegar
al pié del Eterno Padre;
desdo el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar
Que no se trabe mi lengua
ni me falte la palabra;
el cantar mi gloria labra
i poniéndome a cantar,
cantando ne han de encontrar
aunque la tierra se abra.
Me siento en el plan de un bajo
a cantar un argumento,
como si soplara el viento
hago tiritar los pastto;
con oros, copas i bastos
juega allí mi pensamiento.
Con la guitarra en la mano
ni las moscas se me arriman,
nadie me pone el pié encima
i cuando el pecho se entuma
hago jemir a la prima.
i llorar a la barbona.
Yo soi toro en mi rodeo
i toraso en rodeo ajeno
siempre me tuve por bueno
i si me queren provar
salgan otros a cantar
i veremos quien es menos.
No me hago al lao de la huella
aunque vengan degollando
con blandos yo soi blando
i soi duro con los duros
i ninguno en un apuro
me han visto andar titubiando.
En el peliero ¡ por Cristo!
el corazón se me ensancha
pues toda la tierra es cancha
de esto nadie se asombre
el que se tiene por hombre
donde quiere hace pata ancha.
Soi guaso i entiéndaló
como mi lengua lo esplica
para mi la tierra es chica
i pudiera ser mayor;
ni la vívora me pica
ni quema mi frente el sol.
Nací como nace el peje
en el fondo de la mar
nadie me puede quitar
aquello que Dios me dió,
lo que al mundo traje yo
del mundo lo he de llevar.
Mi gloria es vivir tan libre
como el pájaro del cielo
no hago nido en este suelo
donde hai tanto que sufrir;
i nadie me ha de seguir
cuando yo remonte el vuelo.
Yo no tengo en el amor
quien me venga con querellas;
como esas aves tan bellas
que saltan de rama en rama
yo hago en el trébol mi cama
i me cubren las estrellas.