Desgraciada la mujer
que quiere a un hombre borracho,
son mas porfiados que un macho
i a nadie saben querer.
El hombre entregado al vicio
es un bruto, un animal,
una bestia irracional
que vive para perjuicio;
este no presta servicio
todo se le va en beber
nada, nada sabe hacer
i honor no tiene su nombre
i cuando toca así un hombre
desgraciada la mujer.
La mujer cuando se casa
solo se entrega al trabajo,
calle arriba i calle abajo
en cambio el hombre lo pasa,
en parte alguna hace basa
ese flojo mamarracho
solamente en el despacho
pasa bolseando de rosa
i es desgraciada la esposa
que quiere a un hombre borracho.
Bolseando en la chichería
se lleva el dia i la noche
i tan solo a meter boche
a la casa va en el dia
su pasion es la porfia;
violento mas que un gabacho
se pone si anda de lacho;
no hai pues que querer viciosos
porque al fin estos ociosos
son mas porfiados que un macho.
Ninguna niña soltera
debe amar a estos tios
que flojos i espercidos
aplanan la ciudad entera,
ellos van de acera a acera
sin buscar nunca que hacer
a la mujer sin comer
la tienen sin vacilar
i solo piensan tomar
i a nadie saben querer.
Los borrahos al infierno,
los flojos a una hoguera
i hai que derretir en cera
los viciosos del averno
según el tiempo moderno
la mujer libre será
i el hombre trabajará
para mantener a la esposa
i acaso ella es hermosa
tambien pues lo gorreará.