Que esté en mi casa,
Que salga al campo,
Que vaya al monte
O bien al prado,
Con mis pesares
Siempre luchando.
Ni alivio tengo,
Ni hallo descanso:
Mis ojos cubre
Amargo llanto.
Si el jilguerillo
Saluda ufano
Por las mañanas
Del sol los rayos,
Triste me pone
Su alegre canto;
Y sin que pueda
Yo refrenarlo.
Mis ojos cubre
Amargo llanto
Cuando entre ramas
Anda saltando
La tortolilla,
Porque su amado
Viuda la deja
Y en desamparo;
En sus quejidos
Yo la acompaño,
Mis ojos cubre
Amargo llanto.
De dos palomas
Arrullo blando
Al alma infunde
Mortal desmayo,
Mientras felices
Con sus nevados
Lascivos picos
Se están besando
Mis ojos cubre
Amargo llanto.
Si bellas flores
Estoy pisando,
No su fragancia
Recrea el animo,
Ni sus matizes
Y verdes tallos;
Pues como soy
Desventurado,
Mis ojos cubre
Amargo llanto.
Si el pastorcillo
Con su ganado
Goza á la sombra
Dulce descanso;
O la zampoña
Toca su mano;
De envidia lleno,
Al ver su estado,
Mis ojos cubre
Amargo llanto.
Nada mitiga
El fuego insano
Del Amor ciego
Que me ha abrazado.
¡O que infelice
Aquel que tanto
Su alma entrega
Al Amor tirano;
Mis ojos cubre
Amargo llanto.
¡O dios, que el alma
Me has traspasado!
Calma mi pena,
Dame descanso,
O haz que olvide
El objeto amado,
Cuyo recuerdo
Es siempre grato,
Aunque me cuesta
Amargo llanto.