Miéntras que la policía
Perseguia a los malvados
Que de Buin son escapados,
En Linderos sucedia
Otra grande fechoría,
Que a todo el pueblo alarmó.
Una partida llegó,
Sumamente bien armada,
A la hacienda mencionada
I un gran despacho asaltó.
El propietario del fundo,
Al empezarse el salteo,
Salió, según yo me creo,
Con un esfuerzo profundo,
A prestar el mas fecundo
Ausilio en tal ocasion.
Bien armado aquel patron
Sale, pues, con sus peones
Atacando a los ladrones
Con un esfuerzo de leon.
Al ver, pues, los salteadores
Que venia tanta jente,
Emprenden precisamente
Sus fugas los malhechores.
Patron i trabajadores
Dan de bala a los bandidos,
Entónces los forajidos
Responden tambien el fuego,
Cayendo cuatro mui luego
Entre peones i perseguidos
El señor Moller aunque vió
Caer dos de sus sirvientes,
No temió a los delincuentes,
I aun mas fuego les dió.
En la descarga cayó
Tambien un bandido muerto
I otro herido, sé mui cierto,
Que en la refriega ha quedado,
I a otros dos ha logrado
Apresar, yo les advierto.
Por fin, en este salteo
Hai un muerto i tres heridos.
Dos peones, dos bandidos
Quedan en el campo, creo.
Yo medio perplejo quedo,
En verdad, en este momento.
Al ver tanto hecho sangriento
Dan deseos de esclamar:
¡Pobre Chile, tan fatal!
Tiene sangre hasta el cimiento!