Ya no aguanto los deseos
de contar a mi lector
de que existe en New-York
la Sociedad de los Feos
siempre en ella sin rodeos
al elejir presidente
sale electo el pretendiente
mas feo i mas repugnante,
el de mas rudo semplante,
de aspecto más repelente.
Ah, que ocasion tan propicia
qué oportuna conveniencia
para atrapar presidencia
proporciona esta noticia!
Hai que pagarle la albricia
al que da esta noticia;
la Sociedad en cuestion
deja lucro suficiente
ai, quién fuera presidente!
ai! quién fuera Pedro Montt!