La mujer es la pantera
El hombre es un tiburon
Se vé clarito que son
Cortados a una tijera.
Cuando un hombre se enamora
Ciegamente de su dama,
Frenético la proclama
Su sílfide encantadora;
Todo su amor atesora
En ella con fé sincera;
Pero ¡ai! si esa fé en quimeral
Se cambia y es traicionado
¡Para ese amante burlado
La mujer es la pantera.
La inmensurable ventura
De su dicha sin igual,
De un golpe, en rabia infernal
Y en la mas negra amargura
La ha transformado la impura
Mujer que le hizo traición…
Y entonces su corazón
Solo venganza respira
Porque, rebosando en ira,
¡El hombre es un tiburon!
Tambien se vé a cada nada
Que un petardista sin alma,
Solo por turbar la calma
De una jóven noble, honrada,
Tierna, fiel y apasionada
Ultraja sin compasion
Sin otra compensacion
Que sus mentidas finezas,
Pues que falsas sus promesas
Se vé clarito que son!
Ella deposita en él
El amor mas puro y santo
Y el imbécil, entre tanto
En vez de amor le da hiel!
Ella, antes que serle infiel
Quinientas veces muriera.
Y opóngase aquí quien quiera,
Yo afirmo, bajo mi nombre,
Que son la mujer y el hombre
Cortados a una tijera.
Esta es la verdad vulgar,
La verdad sin contrapeso
Pero, ¿cuando al bello sexo,
En toda parte y lugar,
No se le ha oido esclamar:
“Los hombres son los fatales!
Y a estos rujir: “¡Las desleales
Son ellas!” ¡Qué sin razón!
Cuando tan iguales son
La mula con los costales