Muerte i testamento
de don Agustin Edwards
PROTECCION A LOS POBRES I A LOS
HOSPITALES

  La patria cual Magdalena
Perdió un hijo i por él llora;
Ya el sentir la devora
Por causa de tanta pena.

  Noviembre, dia primero,
La infame parca atrevida,
Cortó el hilo de la vida
A nuestro hombre banquero.
Le dejó el finado al clero
El oro a manos llenas,
Bueno el varon de alma buena
Que al cristianismo hizo fuerte!
Por eso siente su muerte
La patria cual Magdalena

  Cual filósofo eminente
La creencia médica dijo
Que con su saber prolijo
No se hallaba competente
Darle la salud al paciente
En esa critica hora,
I de él la suerte implora
El clero con hidalguía
Por eso la Iglesia hoi dia
Perdió un hijo i por él llora.

  El enfermo mui atento
Con sus tonitos traviesos,
Testó trescientos mil pesos
Para hacer un gran convento.
Nuestro prelado contento,
Quedó, ninguno lo ignora;
Con los bienes que atesora
La Iglesia progresa mucho;
Con la muerte de don Cucho
Ya el sentir la devora:

  Los pobres que hai en Santiago
Tambien tocan treinta mil,
Con esta plata un barril
De vino comprará el vago.
¿Quién no toma a gusto un trago
Hoi dia con plata ajena?
De cerveza una docena
El mas pobre comprará,
I llorando tomará
Por causa de tanta pena.

  Otra cantidad igual
Legó a los pobres del puerto,
Quizas ántes de ser muerto
El ilustre liberal;
Quiso él con su capital
Aliviar todos los males;
En estos momentos tales
Nos servirán esos cobres,
Despues que legó a los pobres
Legó a los hospitales.

DANIEL MENESES
POETA NORTINO Morande, 8-A

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