Vuelvo aquí con el corazon
partido de dolor, a seguir la na-
rración que quedé en el otro nú-
mero, que les iba hablando sobre
los estragos que los temporales
han hecho en todo Chile, en Val-
paraiso han sido mui terribles
los estragos que han hecho las
aguas del mar, lo mas triste ha
sido ver las inundaciones de las
hermosas calles, que han quedado
llenas de lodo, intransitables, que
no se puede andar por ellas.
Otro cuadro conmovedor se vió
en el mismo Valparaiso: una casa
que se vino al suelo a causa de
tanta humedad, aplastando a
nueve infelices moradores, los
cuales murieron instantáneamen-
te; ha sido la miseria en el bajo
pueblo mui grande, causa que se
han inundado tantos almacenes,
si hubiese seguido el temporal,
varias personas habrian talvez
perecido de hambre, pero el Su-
premo Hacedor viendo tanta ca-
lamidad, ha hecho, con su infi-
nito poder, detener las inunda-
doras aguas, i mandó al astro del
dia, a ese sol brillante, que atra-
vezase los nublados i mostrase
sus brillosos i calentadores rayos
a los séres vivientes de esta pro-
gresista tierra, que se encontra-
ban entumecidos por unos hielos
que eran casi glaciales habién-
dose ya deshecho los nublados,
apareció ufano en su órbita pla-
teada, el rei de los firmamentos
secando la humedecida faz con
sus calentadores rayos.
Lo sucedido en nuestro veci-
no puerto, ningún pintor, por
mas hábil que sea para manejar
sus pinceles, habria sido suficien-
te capaz para pintar un cuadro
con todos los sufrimientos i tor-
mentos de esos pobres moradores.
Cuenta la prensa que casi no
ha quedado casa que no se ha
inundado i la mayor parte de
ellas han quedado desplomadas,
amenazando con darle muerte a
los transeuntes que pasan por
cerca de ellas, i de esto ¿qué dirá
la autoridad?, dirá pronto, i da-
rá órden de que todos esos edi-
ficios se principien a demoler sin
pérdida de tiempo, para evitar
nuevas víctimas que puedan ha-
ber, i así tendrán los gañanes i
artesanos trabajo en que ocupar-
se i no pasarse en las chicherías
cegados en el vicio de la borra-
chera, que es como se hace el
honrado un criminal, convirtién-
dose en asesino, que muchas ve-
ces he visto que por causa del
malvado alcoholismo, marchan
honrados obreros al patíbulo
afrentoso a pagar un crímen co-
metido por él. Por eso habiendo
trabajo i que no trabajen es un
error que cometen los hombres
que saben conocer la razón; para
mí es una lástima que se dejen
dominar por el vicio de la em-
briaguez.
Tambien pido en este articulo
a la autoridad de Santiago, que
autorice a los dueños de edifi-
cios demolidos, que les pongan
trabajo para que nuestros pobres
tengan como ganarse el sustento
para ellos i sus familias, i así
evitarán los gastos que estan ha-
ciendo con tenerles asilos i olla
del pobre que se llama donde les
dan de comer a tantos hombres
buenos i sanos que pasan de va-
gos esperando la hora para ir a
recibir la ración que les dan.
Uno de estos menesterosos, cono-
cido mio, vino a mi casa i me
dijo que estaban cometiendo un
crímen mui grande los pobres
con los que les hacen la gracia
de darles por caridad alimento i
ropa para que abriguen sus he-
lados cuerpos, Me dijo que él
[cono]cia a varios de estos que se
estan manteniendo de la limosna,
que van última hora para que
les toque en crudo, i ya lo que la
sacan van i la venden por lo que
cae, i esta plata se la beben en
guachucho, porque estos son los
que estan mas acostumbrados a
la embriaguez que a la comida.
Estos que estan haciendo lo que
cuento aquí, si se les ofrece un
plato de comida o un vaso con
vino o aguardiente agarran el li-
cor primero, porque lo apetecen
mas que el alimento. Igual cosa
pasa con las mantas, botas i otras
ropas que se les dan, que todavía
no las reciben cuando pasan a los
despados para ser cambiadas por
el malvado alcohol, i despues
vuelven a ir a pedir mas, dicien-
do: que a ellos no les han dado
las que les dieron, estan cam-
biadas por licor.
(Continuará)
DANIEL MENESES
Poeta Nacional Chileno.—Calle de Morandé, Núm. 955