Eres por tu gran pureza
Divinísima María,
Consuelo del aflijido
Luz i de las almas guia.
El soberano infinito
Con su santa omnipotencia
Te crió con reverencia
Libre de todo delito.
En vos su hijo bendito
Encarnó con gran limpieza
Beatisima princesa,
Arca santa del cristiano,
I reina de todo humano
Eres por tu gran pureza.
Bajaste desde la gloria
Al Universo a morar,
I tu dicha al contemplar
Siempre te tengo en memoria.
Tu piedad quedó en la historia
Desde entónces hasta hoi dia,
Se cumplió la profecía
De aquel santo ánjel en pos,
I eres la madre de Dios
Divinísima Maria.
Las vírjenes de Sion
Al contemplar tu misterio,
Todas en el monasterio
Te hacian salutacion.
De la celestial mansion
Fué el anuncio recibido
Del que iba a ser escojido
Tu esposo de entre Israel,
Para que fuese por Él
Consuelo del aflijido.
Con un entusiasmo tanto
Arcánjeles, querubines,
Al entonar sus maitines
Te decian: santo, santo.
Todos con divino canto
Te hacian gran compañía;
La anjelical jerarquía
Te daba dulzura i paz,
I has sido i siempre serás
Luz i de las almas guía.
Al fin, Dios con potestad
Por lo justa i virtuosa
Te dió título de esposa
Por toda la eternidad.
Gran poder te dió en verdad
El Hacedor con anhelos,
Tú disipas los desvelos
Al que tu nombre ha invocado,
Sois reina de lo criado
I emperatriz de los cielos.