Un crímen mas que salvaje
Se cometió de improviso,
El cual aunque me horrorizo,
La detallo con coraje
Hasta que el papel se raje
Amolaré al criminal,
Pidiendo al juez i al fiscal,
Por tan horrorosa escena
Que le apliquen la condena
De la pena capital.
Son treinta i seis puñaladas
La que la mujer tenia,
Por ellas dió la agonia
En medio de sus alboradas;
Todas las doi apuntadas
Para que salgan cabales,
Con verdaderas señales
Les narro por que se pruebe,
Dieziocho es que fueron leves
I otras dieziocho mortales.
Pido aquí con voz altiva
Hácia a la corte con gala,
Por cada tajo una bala
Es bueno de que reciba;
I la jente pensativa
Está, lo he sabido yo,
Aguilera lo ultimó
Por celos no por amor;
Para saciar su furor
De llapa la degolló.
No he visto, ni espero ver
En lo que tengo observado,
Hombre que le haya pegado
Mas tajos a su mujer;
Pagará por su querer
El crímen según pensar
Porque sirva de ejemplar,
Al mundo lo del maldito;
Fusilenlo lijerito
Que no se vaya a arrancar.
Al fin, la Ruiz espiró
Dando mui poco trabajo,
Por causa de tanto tajo
Que el marido le pegó;
Preso el solo se entregó
Despues que cometió el crimer
Donde los mortales jimer
Se haya dicen los vivientes,
A él i los delincuentes
Las leyes no los redimen