Un bandido mal herido
y otros dos quedaron muertos
con resultados funestos
fué este salteo atrevido.
En Cabildo está la hacienda
del señor Ramiro Arteaga,
que la suerte siempre alhaga
le sonrió a toda rienda;
allí habia una gran tienda
de jéneros mui surtido,
cuando llegaron sin ruido
a saltear al caballero
quedando en combate fiero
un bandido mal herido.
Don Ramiro y su señora
y su hijo mui valiente,
unidos hicieron frente
en aquella triste hora;
después la señora implora
con doloridos lamentos,
y vuelan sus pensamientos
en pos del hijo querido
que lo vió caer herido
y otros dos quedaron muertos.
Al ruido del tiroteo;
llegó el administrador,
y con su estado mayor
se metió en aquel jaleo,
y viendose en el enredo
los bandidos con dos muertos,
se retiraron por cierto
maldiciendo aquel salteo
donde salieron tan feo
con resultados funestos.
Y al huir naturalmente
los muertos abandonaron,
y al herido lo dejaron
allí mui tranquilamente
éste declaró fielmente
que al salteo habia ido,
porque estaba mui JODIDO
sin trabajo i sin hogar
y llegándolo a pensar
fué este salteo atrevido.
Y llegando ya el final
de este relato sincero,
al jóven yo me refiero
por su valor sin igual;
por fortuna no es mortal
la herida que lo traspasa,
y con cuidado en su casa
dice el médico sanará
y lo cuida su mamá
y a su lado el tiempo pasa