En Temuco hubo un suceso
de honda repercucion,
que ha llamado la atencion
en vista de como fué eso;
un bandido que es mui tieso
mató a dos caballeros,
personajes mui sinceros
buenos a carta cabal,
que los fué asesinar
uno de los bandoleros.
Se llama don Cárlos Fierro
y don Arturo Mayía,
que estaba en la compañia
de este primer caballero;
estos a que me refiero
fueron los asesinados,
salvajemente baleados
por el feroz sanguinario,
que no respetó el santuario
donde estaban los nombrados.
El bandido francamente
llegó a la casa de Fierro,
y con un modo altanero
se sentó tranquilamente;
sorprendido de repente
Fierro con su acompañante,
le dijo no mui galante
que saliera para fuera,
sin pensar de la manera
que iba a volver al instante.
Cuando se fué el individuo
la puerta quedó cerrada,
pero luego fué golpeada
por aquel mismo bandido;
los amigos reunido
fueron a ver quien llamaba,
cuando así a la descuidada
dos tiros luego partieron,
y los dos allí cayeron
con la frente perforada.
Ahora la policía
y pesquiza de Temuco,
dice que aunque sea cuco
al bandido encontraría;
todos están a porfía
sumamente interesados,
en encontrar al malvado
de crímen tan evidente,
y creo que de repente
va a ser el hombre pillado.