EL HOMBRE QUE SE CO-
MIA A LOS NIÑOS.

  Horroriza al mas calmado
suceso tan repugnante
y que con todo desplante
confiesa aquel desalmado;
se llama Manuel Salgado
antropófago chileno
que tenía un cajón lleno
con restos de los niñitos
que se los comía fritos
como su manjar mas bueno.

  Se robaba un chiquitin
y en un barril con vinagre
lo metia… por la madre!!
y ahi le daba su fin;
no sentia retintin
ni ningún remordimiento,
y se hacía su alimento
con bistec de carne humana
y comia en la mañana
mui tranquilo i mui contento.

  Los sesos los preparaba
según cuenta mui formal,
en tortilla majistral
y de un sabor que alagaba,
y luego condimentaba
azados a la parrilla
con capas de mantequilla
para dorarlo mejor,
y así con todo primor
se comia una chiquilla.

  Y de las partes carnosas
jamones se preparaba,
y embutidos que dejaba
en yerbas mui olorosas;
pero como no hai cosas
ocultas eternamente,
una vecina del frente
descubrió al criminal,
y lo fué a denunciar
en forma mui concluyente

  La policía llegó
a tiempo que el criminal
un niñito iba a ahogar
pero que al fin se libró;
 e mui tranquilo confesó
con calma fenomenal,
que el no comía animal
porque era carne mui mala,
y al niño no se le iguala
en sabor i en lo frugal.

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