Asesinato de M.
Carnot

  En Lyon, Junio veinti-
                                     (cinco)
Del año que vá corriendo,
Tuvo lugar con ahinco
Un crimen el mas horrendo.
Tras de un festin estupendo
En Francia, el gran majis-
                                     (trado)
Se dirijia aclamado
En carruaje, singular
cuando iba al principal
Fué vilmente asesinado.

  Cuando subia Carnot
Con el prefecto Rivand,
En el precioso lando
Que los estoba esperando:
La multitud delirando
Tritaba «hurra», «viva»
Al derredor de la plaza;
Bendiciendo al que se vá
i es porque anhelaba ya
El progreso de su rasa

  Cuando rayaba en delirio
El entusiasmo libuense,
Uno que no es ateniense
Preparaba un gran martirio.
Cesario Santo, con lirio
Cubierto con otras flores,
Con palabras de vitores
Se dirije hacia él mui quedo
I en vez de brindarle amores
Saca una hoja de Toledo

  Sacar el puñal i herirlo
Todo fué obra de un mo-
                                  (mento:)
Como que Ribó violento
Pudo, al asesino, asirlo.
Fácil le fue conseguirlo
Pero no evitar la muerte
De aquel a quien mejor suer-
                                          (te)

Le preparaba el destino:
Pero el italiano indino
Quitó a la Francia su fuerte,

  No tiembles, Santo, villa-
                                         (no)
La guillotina te aguarda
I tras de insondable arcano
El infierno ya es tu guarda.
[A]ncha brecha i ancha barda
Te separa de la jente,
[  ] hasta tu hermano incle-
                                   [mente]
Por tí, se quitó la vida:
Lleva esta afrenta homici-
                                        [da!]
Miéntrasque piense tu mente.

Nota: el verso refiere el asesinato del Presidente francés Sadi Carnot por el anarquista italiano Santo Caserio en Lyon, el 24 de junio de 1894.

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