En cuanto vió que el marido
Profundamente roncaba
De piés y mano lo ataba
Porque lo encontraba dormido.
Pedrito, su hijo querido,
Recordó y preguntó atento:
¿Qué está haciendo que yo siento
Tanto trajin, agregó?
Y ella un palo le acertó
Matándolo en el momento.
Los otros niños que estaban
A su lado despertaron
Y un fuerte grito pegaron
Y locamente lloraban.
Momentos despues se hallaban
En manos de la serpiente
La que muy furiosamente
La boquita les tapó
Con trapos he sabido yo
Hasta ahogarles francamente.
Donde los suegros se fué
Con gran silencio en seguida
Y al llegar, pues, la homicida,
Tomó un martillo, diré,
Un fuerte golpe sin fé
Descargó sobre el anciano,
Un quejido sobre humano
De su boca se escapó
Y otro golpe recibió
Muriendo aquel veterano.
La suegra desesperada
Pide socorro al momento
Pero el martillo sangriento
Cae en su faz arrugada.
De tres golpes ultimada
Porque no pudo escaparse
La fiere quiere saciarse
De mas sangre abominante
Y el marido en ese instante
Trabaja por desatarse.
A dónde él se encamina
Y como hiena rabiosa
Aquí está tu mala esposa
Le grita, pues, la asesina.
Se abalanza repentina
Sobre el pobre desgraciado
Y el martillo ensangrentado
Mil golpes dió en su cabeza
Llenando toda la pieza
Con su sangre el ultimado.
Al fin un lazo tomó
En seguida una escalera
Y hácia un árbol la pantera
Con paso firme marchó.
En él luego se ahorcó
Desesperada, es posible,
En un sueño mui terrible
Ví este drama sangriento
Y todo el mundo le cuento
Esta pesadilla horrible