CARTA
DE
un Soldado a su Camarada

  Mi querida Nicolasa.
Dejo el fusil por la pluma
Para saber si hay alguna
Novedad en nuestra casa.

  Desde que me hice soldado
Gozo de salud propicia.
Un eterno adios he dado
A los ponches con malicia;
El aguardiente de grano
No lo huelo tan siquiera
Pues solo de esta manera
Se puede estar bueno y sano,
Mi querida Nicolasa.

  Es verdad que de primera
Pensaba muy de contíno
En el Huachacay y el vino
Con agua aunque mas no fuera,
Mas hube de acostumbrarme
Y ahora ni a cañon rayao
Me hacen beber en tal suma
Que llegue a carambolearme;
Por eso hoy sin tar curao
Déjo el fusil por la pluma.

  La mar de tiempo a que espero
Carta tuya o de tu hermana
Mas, por la tardanza infiero
que a las dos falta la gana
Miéntras yo me desespero;
Y así cuando salgo franco,
Que es de las doce a la una,
Voy al Correo a buen tranco
Para saber si hay alguna.

  Por el cabo Retamales
Que estuvo aquí en vez pasada
Sé que estás libre de males
Y atrozmente embarazada.
Cuida con afan prolijo
Al que en dia no lejano,
Si la suerte ne es escasa,
Será, a la vez que buen hijo,
Un honrado ciudadano
Y orgullo de nuestra casa.

  Oigo que tocan retreta
Y aunque escribiéndote gozo
Pienso alcanzar mi jineta
Siendo puntual y celoso.
Y aquí termino, mi ñata
Estos malhechos reglones
Pidiéndote mil perdones
Pues no te mando la plata
Por…… muchísimas razones.

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