Entrada de Jesus
EN JERUSALEN

  Despues de haber predicado
Jesus su santa doctrina,
A Jerusalen camina
Sumamente resignado.
En triunfo el pueblo malvado
Recibe al libertador;
Como a su Dios i Señor
Le aclama el mismo adversario;
Pero al fin en el Calvario
Da muerte a su Salvador.

  De flores sembrado el suelo
Completamente se hallaba;
El pueblo le vitoreaba
Con regocijo i consuelo;
Cristo, el enviado del cielo,
Ha llegado, se decia,
I alborozado corrian
Donde el Maestro divino,
I así tomando el camino
Donde él todos venian.

  El sacerdocio rabioso,
Al ver lo que Cristo obró,
Contra él se conjuró
Del modo mas deshonroso.
Judas, el facineroso,
Secundó aquel movimiento.
I al Cinedrio en el momento
El malvado se marchó,
Donde al Maestro ofreció
En venta como avariento.

  Pobre Cristo, se trataba
En aquel Cinedrio fiero,
Cuando le dijo el portero
Que un apóstol les buscaba.
El Consejo se asustaba
Por la noticia que oyó.
—Que entre ese que llegó,
Dije Caifás mui atento,
I en ese mismo momento
Judas se les presentó

  Despues de haber saludado
Con bastante ajitacion,
Sobre la venta i traicion
Les habló mui ajitado.
El tribunal asustado
Estaba por lo que oia,
I mas de uno ese dia
Su infamia en cara le echó;
Pero el traidor defendió
Su cinismo i cobardía.

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