Todos los canillitas,
pequeños, pero sinceros,
traen para el compañero,
estas canciones benditas:
humildes trabajadores,
de la prensa cotidiana,
que desde la mañana,
luchamos en sus labores.
Para tí, hermano querido
que nunca te olvidaremos,
el sentimiento tendremos
de que nos has defendido.
Allá, en nuestra alma sencilla,
se elevará un monumento,
en nuestro hondo pensamiento
para el hermano CANILLA.
Lágrimas de alegría,
cuando tu triunfo tuviste,
derramamos dia a día
porque en tu triunfo nos diste
honor a la patria mía.
Imp. “Esmeralda”, Freire 730, Concp