La noche del prendimiento
Jesus con bondad divina,
Enseñaba entristecido
Su nueva lei i doctrina.
En el Cenáculo estaba
Juéves Santo, Jesus,
I su trajedia en la Cruz
A todos les anunciaba.
En el mismo acto llegaba
Júdas, casi sin aliento,
I en el salon al momento
Fatigado penetró;
Hé ahí cómo empezó
La noche del prendimiento.
El Maestro suspiró
I dijo, pues, con verdad:
Uno a mí me entregará
Pero ¡ai! de quien me vendió,
Cuando Juan apercibió
Con su alma pura i fina
Dónde el Maestro camina,
I pregunta: ¿seré yó?
Tú no eres, contestó
Jesús, con bondad divina.
Un yo seré, se sintió
En toda la sala entera,
I Jesus con voz entera
Siempre les decia nó.
El que en el plato metió
La mano, conmigo ha sido,
Ese amigo tan querido
Es el que me fué a entregar;
I al discipulo fatal
Enseñaba entristecido.
Júdas en el mismo instante
Preguntaba, ¿seré yo?
Tú lo has dicho, contestó
Jesús, el Maestro amante.
El traidor desesperante
Para afuera se encamina,
Jesus con mano divina
Le da un pedazo de pan;
I él arroja con afan
Su nueva lei i doctrina.
Por fin, Jesus, compasion
Tuvo de aquel desgraciado,
I el pan solo le ha pasado
En seña de salvacion.
Con mas desesperacion
Júdas léjos lo arrojó,
I de la sala salió
Gritando soi condenado;
I a entregar su Dios amado
A casa de Anas marchó.