El evanjelista vió
A un ánjel que le hablaba,
Este pues le revelaba
Muchas cosas que escribió.
En Pasmo Juan se encontraba
Cuando un domingo el Señor
Al ánjel embajador
A su presencia mandaba,
Por las espaldas le hablaba
El ánjel cuando llegó,
El apóstol se asustó
I volviendo con recelo
Al emisario del cielo
El evanjelista vió.
Siete candeleros pues
Vió que en sus manos tenia
I que el ser resplandecia
Desde la frente a los piés;
Siete estrellas a su vez
En su derecha mostraba,
En su boca se notaba
Una espada con dos filos,
I Juan miraba tranquilo
A un ánjel que le hablaba.
Yo al verlo en tierra caí
El mas su diestra me puso,
I al levantarse confuso
Estas palabras oí:
Nada temas tú por mí,
Yo soi luego, me esclamaba,
El ser sonriente agregaba
El primero i el postrero,
I estas cosas mui severo
Este pues le revelaba.
Yo estoi vivo habiendo muerto
Agregó el ser misterioso,
Yo soi pues el poderoso
El que manejo, por cierto,
Todas las llaves, te advierto,
Del infierno prosiguió
I de la muerte agregó
Con voz de nada en la vida,
Revelándole en seguida
Muchas cosas que escribió.
Escribe habló, finalmente,
Lo que has visto al parecer
I las cosas que han de ser
I las que son al presente,
Las siete estrellas realmente
Que en mi derecha has notado
son siete ánjeles nombrados,
I los candelabros pues
Son siete iglesias talvez
Dice el ánjel mencionado.