Ella.— De Valparaiso vengo
Pura i esclusivamente
A bajarle la opinion
Al cantor mas eminente.
El.— Yo soi el guaso talquino
Hombre capaz de vencer
Al poeta mas pintado
No digo a una mujer.
Ella.— Yo me rio a cada paso
De los poetas bramones
I les oigo sus razones
Solo cuando llega el caso.
Pero cuando escucho a un guaso,
Como el que a la vista tengo
Mas me rio, les prevengo
A mis queridos oyentes,
Porque al buscarle inocente
De Valparaiso vengo.
El.— Yo soi guasito, es mui cierto,
Pero guasito discreto
I a la verdad no respeto
A las chinillas del puerto.
Esas mujeres advierto
Quieren vencer sin tino,
A un hombre que es ladino,
Son maricuecas sin nombre,
I les digo como hombre
Yo soi el guaso talquino.
Ella.— Con lo que ha dicho este
[leso
Ya puede la concurrencia
Ver la grande intelijencia
Que tiene en su aguado seso.
El roto sin contrapeso
Me ha insultado francamente
Nada mas precisamente
Porque he querido tacharle,
Pero voi avergonzarle
Pura i esclusivamente.
El.— No me podrá avergonzar
Aunque en ella, pues desempeña
Una quiltrilla porteña
Que la ha botado la mar.
Como se quiere igualar
A mí esta pobre mujer
Aunque se llegase a per
Esto no conseguiria,
Porque yo soi hija mia
Hombre capaz de vencer.
Ella.— Para ser tu hija primero
Bota esa ropa embarrada
I esa manta aportillada
Que ya parece un arnero.
Anda botar al potrero
Esa ropa de peon
I despues vienes bribon
Halagarme con tus labios,
Porque yo vengo a los sabios
A bajarles la opinion.
El.— Miren que china mugrienta
Arrojada de los tambos
Capoteadas de los sambos,
Toma la pobreza encuentra.
El ser roto, no es afrenta
Ni ménos cuando es honrado,
Yo soi el róto, pero alzado
Para trabajar i cantar,
I soi capaz de cortar
Al poeta mas pintado.
Ella.— Te van a costar bien caro
Tus palabras maricon,
Porque a mi ningún ladron
Me tiene que hablar tan claro.
Yo tengo mi buen amparo
I creo roto indecente
Que no va quedarte un diente
Por hocicon i safao,
Porque yo no he respetado
Al cantor mas eminente.
El.— Tráigame la escupidera
Para poderme esconder
Porque me quiere morder
Esta chiquilla levera.
Con su boca de tronera
Me ha insultado a su placer
I un hombre quiere traer
Para que me pegue luego,
Pero yo a doce le pego
No digo a una mujer.
Ella.— Ya veras roto piojento
Bomitado del infierno
Si en tu hocico luego un perno
No te pongo, sin mas cuento.
De esta manera mugriento
Acerrin de mala escoria
Haré callar tu memoria
I ya que soi tan maldito
Atrácale, pues guasito
Con un verso por historia.
El.— No creas que con ladridos
Tu me vas a hacer callar
Porque me puedo estrellar
Con los hombres mas temidos.
No creas que con bramidos
Puedas en esta ocasion
Al son de este guitarron
Hacerme perder el jiro,
I comencemos al tiro
Por la pura creacion.
(Continuará).
Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesías
Juan B. Peralta
Galvez, 826