Muerto el santo Redentor
Un amigo de Jesús
Lo descolgó de la Cruz
Preso del mayor dolor.
Al sepulcro con amor
Triste José le llevó
En sábanas le enbolvió
Todo su cuerpo sagrado,
I con honra sepultado
En la urna le dejó.
Juan, Maria i Magdalena
Pronto al Calvario llegaron,
I cuando a Jesús no hallaron.
Se desmayaron de pena.
Aquí la mas triste escena
Lector, se desarrollaba,
Loca Maria llamaba
Esclamando: ¡hijo querido!
¿A donde te has escondido?
Le dice i se desmayaba!…
Luego prosiguió diciendo,
Triste en el mundo que haré,
Mi hijo ingrato se fué
I a mi me dejó sufriendo.
¿Qué haré sola padeciendo
Llena de cruel amargura?
Ya mi Jesús ¡oh dulzuras!
Se fué i me dejó penando,
Esto decía llorando
Presa de grande locura.
Después que ya en si volvió
Miró a uno i otro lado,
I en féretro encerrado
Triste al hijo divisó.
Hijo del alma gritó!
Cubriéndose con el manto,
¿Porqué te vas dulce encanto?
I abrazando al hijo amado
Cubrió su rostro sagrado
Con el riego de su llanto.
Solo no te puedes ir
Tú, hijo del alma mia;
Esto Maria decia
Por que no quiero vivir.
Mucho mejor es morir
Que soportar el pesar
Nó, por Dios, tanto penar
Que concluya mi martirio,
I estando en este delirio
Sus ojos vuelve a cerrar.
Gran trabajo le costó
A Juan para consolarle,
I al mismo tiempo sacarle
Del sitio a donde cayó.
Triste un suspiro exhaló
I con acento profundo
Dijo en tono moribundo
Ya mi Jesús se me fué,
I, ay, triste de mí que haré
Tan desolada en el mundo.