Hai triste de mí que haré,
Si se fué mi dulce amado
Ya me lo han arrebatado
Adonde le buscaré.
Llorando penosamente
Maria al anjel le dijo
Ya me mataron mi hijo,
Que haré sola i tristemente.
Tu me dijiste sonriente
Dios te salve con gran fé,
Llena de gracia porque,
Dijiste que me encontraba,
Si hoi mi Jesus se me acaba
Hai triste de mi que haré.
I proseguiste diciendo
El señor será contigo
I ya se ha muerto mi amigo
I yo quedo padeciendo.
Si habia de estar sufriendo
Porque dices exaltado,
Bendito será tu estado
Entre todas las mujeres
Y para mi no hai placeres
Si se fué mi dulce amado.
Bendito el fruto será
De tu vientre, me agregaste,
I ya tu me arrebataste
Toda mi felicidad.
De su compañia ya
Sin razon me has separado,
I el rostro de mi adorado
No veré mas por aquí;
Porque sin piedad de mí,
Ya me lo han arrebatado.
Sobre el féretro se hechó
Despues que esto hubo hablado
I el rostro de su hijo amado
Con sus lágrimas regó,
Abrazada de él quedó
Hasta que Maria fué
Desmayada les diré,
I desmayada decia
Ya se me fué el alma mia
Adonde le buscaré.
Maria por compacion
Por fin, de allí fué sacada;
Madgalena acongojada
La ampara en esta ocasion.
Luego la sepultacion
Se hizo al crucificado;
Nos dice el testo sagrado
Que José de Arimatea
Dió al sepulcro i esto lea,
El que no lo haya estudiado.
Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesias
Juan B. Peralta
Galvez 158