Todo el pueblo quillotano
A la cárcel concurrió;
Allí triste presenció
El acto mas inhumano.
A las tres de la mañana
Ya el público estacionado
Esperaba impresionado
Ver la trajedia inhumana.
La cárcel, mansion mundana,
Se abrió ese dia temprano;
A ella no mui en vano,
Puedo anticiparles yo,
Que forcejeando entró
Todo el pueblo quillotano.
José Ibacache estaba
En capilla todavia,
Pero a las siete salia
A la iglesia que aguardaba
En ella el reo entraba,
Mui contrito se notó,
Tranquilo la misa oyó
Comulgando en ella presto,
I el pueblo por ver todo esto
A la cárcel concurrió.
Terminada la misa,
El reo con paso falso
Se encamina hácia el cadalso
Porque la hora precisa.
A las ocho se le avisa
Que el plazo llegó cumplido;
El reo se despidió
I en el banco al fin se sienta
I el pueblo este acto que afrenta
Allí triste presenció.
El piquete sale al frente,
El reo pide perdon,
Suena la detonacion
I se inclina el delincuente.
El sarjento prontamente
Ya con el rifie en la mano
I el tiro de gracia en vano
Da sobre el ajusticiado
Quedando así terminado
El acto mas inhumano.
Por fin, el pueblo, penoso,
Se marcha rezando el creo
I el alma del pobre reo
Llega al cielo victorioso.
La mansion del Todopoderoso
Ya le tenia un asiento
Ganado con el tormento
Que en este mundo pasó,
Porque la gloria ganó
El con su arrepentimiento.