Yo soi el conde virtud
Que cazo cuando tengo hambre
I no se me echa de ver
El daño que hago en las aves.
Cuando la hermosa avecilla
Trinando los campos cruzan
I buscando va confusa
La apetecida semilla.
Con mi escopeta sencilla
Disparo a la multitud.
Luego con gran prontitud
Un ave veo caer,
I esclamo con gran placer
Yo soi el conde virtud.
De los cerros escarpados
Los pajarillos lucidos
Bajan dejando sus nidos
A los pintorescos prados,
Allí mui regocijados
Pican la semilla fiambre;
Yo tiro sobre el enjambre
I les mato con horror
Porque soi un cazador
Que cazo cuando tengo hambre.
El gavilan velozmente
Recorre los bosquecillos
Buscando a los pajarillos
Que a de matar prontamente.
Yo tambien precisamente
Valiéndome del poder,
De mí arma al parecer
Como cazador sincero,
Les doi la muerte primero
I no se me echa de ver.
Cuando llega a la colina
El ave de la rapiña
Abandona la campiña
El polluelo que allí trina.
Yo con mi intención indigna
Preparo mis tiros graves,
Escucho sus trinos suaves
Enseguida les doi muerte
Sin que me noten por suerte
El daño que hago en las aves.
Por fin ya les he cantado
Algo por literatura,
Con mi pequeña cordura
Amigo los he hablado.
Como el nombre yo me he dado
De conde i de cazador
I he dicho aun con valor
Que siempre para cazar
Tengo virtud sin faltar
Me disculpan si es error.
Se prohibe la reimpresion de estas poesías
JUAN B. PERALTA.—Direccion: Bandera, 827, Pieza número 6