La calle de Búlnes ha sido
Teatro últimamente
De un crímen sorprendente
Que a Santiago a conmovido.
Es el caso que un marido
Un tal Antonio Escudero
Celoso según me infiero
A querido asesinar
A su esposa sin pensar
Dándose muerte el primero
En efecto el mismo dia
Que la escena cometió
De repente apareció
Donde su esposa vivia
A la Vargas a fé mia
Para afuera la llamó
I despues que ya le echó
En cara lo cometido,
Tres balazos el marido.
A su mujer disparo.
Una de las balas hirió
A un hijo de Escudero
I otro tiro mas certero
A Melania le asertó.
El mui furioso volvió
A su sien la arma homicida
Dándose un tiro el suicida,
Corre el alma sin razon
I lo apunta al corazon
Quitándose así la vida.
A los tiros disparados
Que en el sitio se sintieron
Muchos vecinos corrieron
Ya casi desesperados.
Luego fueron cerciorados
Que algo trájico a ocurrido
En el suelo ven tendido
A Escudero ciertamente
I a la Vargas de repente
Con un muslo mui herido.
En el bolsillo del muerto
Una carta se encontró
Que Escudero, pues dejó
Para el juez según advie[r]to.
En ella dice por cierto
Que él ha muerto a su mujer
Porque ha hecho padecer
Mucho a sus pobres niñitos
I que en todos sus delitos
Es infiel al parecer.
Escudero se mató
Creyendo que ha asesinado
Sin mas acto ni traslado
A la mujer que nombró.
Así en su carta dejó
Anotado espresamente
Que por infiel francamente
A su esposa asesinaba
I enseguida él se mataba
Para no ser delincuente.