EL DOBLE ASESINATO
DEL CERRO BLANCO
CONFESION DEL ASESINO
Su fusilamiento en el mismo sitio del
crimen lo exije el pueblo

  El delito mas horrendo
Que jamás se ha perpetrado
En ese cerro nombrado
Se efectuó según entiendo.
Carmelo Torres comprendo
Cegado por el amor
Ha cometido, lector
Con su misma pobre esposa
La escena mas espantosa
Que nos llena de terror.

  Torres llevó por engaño
Al famoso cerro Blanco
A donde talvez no franco
Consumó su plan estraño
A palos si no me engaño
La agarró primeramente
En seguida el delincuente
A patadas le asesina
Cuya escena tan cochina
Consumó tranquilamente.

  A Lucrecia su ahijada
A puntapies le mató
I a las dos luego arrojó
Al fondo de la quebrada
En esta escena malvada
Tambien a un pobre perrito
Le asesina sin delito
Sin compasion ni clemencia
Cometió él sin conciencia
El crimen mas inaudito.

  El cobarde satisfecho
I habiendo muerto a los tres
Donde su amante talvez
Se fué con todo despecho,
Todas las señas del hecho
En su persona llevaba
Los zapatos presentaba
De sangre todos cubiertos
La cual era de los muertos
Que en el cerro sepultaba.

  Capturado el asesino
El juez señor Astorquiza
A condenar se precisa
Al cobarde me imajino
El pueblo no sin destino
Exije que este malvado
Sea tambien fusilado
Donde el crimen cometió
Que vá a ser prevengo yó
En el cerro mencionado:

  Por fin que sea severo
El juez en esta ocasion
I dicte sin compasion
La muerte del bandolero
Casi todo el mundo entero
Espera de un modo franco
Que en el mismo Cerro Blanco
El banquillo desgraciado.
Se alce para el malvado
I muera en aquel barranco.

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