El dia de to dos Santos
Al cementerio marché
Cuya escursion contaré
Lleno de furor y espanto.
Allí donde solo el llanto
El suspiro y el llorar
Debia pues imperar
El regocijo reinaba,
Porque el necio se embriagaba
Y fué a cantar y bailar.
Mil fondas precisamente
Frente aquel sitio sagrado
A los muertos consagrado
Invitaban a la jente
El ponche i el aguardiente
Eran lágrimas me creo
Que brotaban según veo
De los inicuos varones
Y los signos y oraciones
Nacen pues del tamboreo.
Mientras que las sociedades
Recorren en romeria
Aquella casa a fé mia
Donde acaban las maldades
Siguen las iniquidades
Frente aquella casa santa
Donde decir me espanta
En vez de llanto i dolor
Reina el maldito licor
E inicuamente se canta.
En la pascua i año nuevo
Y en el diesiocho a fé mia
La escrupulosa alcaldia
Priva del gusto al mansebo
Ahora bien yo repruebo
A la torpe autoridad
Por tolerar en verdad
Que se halla profanado
Con orjia que he nombrado
La casa de eternidad.
No por Dios; que haya cultura,
Impidamos con criterio
El baile en el cementerio
Casi en una sepultura,
El alcalde con cordura
Bien puede en esta ocacion
Dar pruebas de buena accion
Impidiendo solamente
Las fondas precisamente
Que profanan el panteon.
Muchos de los rezadores
Que en el cementerio andaban
En las fondas penetraban
A sus vueltas mis lectores
Los hipócritas señores
Despues de mucho rezar
En aquel santo lugar,
De punta i taco bailaban
Y alegres se emborrachaban
Con un gusto singular.