Un zapatero bribon
Sin pensar lo que iba hacer,
Le dió muerte a la mujer
Faltando a su relijion.
El suyo era evanjelista
I la esposa era catolica,
Pero él con rabia diabólica
La victimó sin conquista.
Sin mas porque no asistia
A la iglesia que iba él
Le quitó la vida el cruel
Con pompa i con ironía.
Varias veces arenguiaban
Porque ella se confesaba
I otras porque rezaba
Malamente se retaban.
El le solia decir
Que a tal iglesia no fuera
Contestaba ella altanera
Sin tu gusto yo he de ir.
Mas no has de ir desde hoi
A esa casa corrompida
Marcharas si quieres vida
A la iglesia que yo voi.
Viendo que no le hizo caso
A lo que él le decia
Con furia i con ironía
Le dió muerte a martillazos.
La pobre mujer cayó
Al suelo mui mal herida
Sin dar señales de vida
Un triste suspiro dió.
Despues que le dió la muerte
Lo llevaron prisionero
I hoi se encuentra el carnicero
Renegando de su suerte.
El juez por la mala accion
Siguiendo el proceso está,
Talvez lo condenará
A veinte años de prision.
Toda la gran sociedad
A la que él perteneció
Pide por alevosia
Un castigo sin piedad.
El pobre asesinador
Llora su cruel desventura.
Dentro de una celda oscura
Ruje con ira i furor.
Serena.—Imp. i Enc. EL NORTE Balmaceda, 86