El hijo pródigo.

     Yo soi el pródigo hambriento
  Que padezco porque quiero,
  Causa de mi mal talento
  Me encuentro de pordiosero.

  Su herencia al padre pidió
Para salir a emigrar,
I poniéndose a jugar
Toda su herencia perdió;
He ahí como se vió
El emigrante opulento
Invadido de lamento
I escaseando de comida,
Por justa razón decia
Yo soi el pródigo hambriento.

  Cuando tan pobre se vido
Se lo pasaba diciendo
Ahora si que comprendo
El error que he cometido,
Pero la soberbia ha sido
La que me indujo al sendero
Del gran infortunio, pero
No me da asombro ni abismo
Porque comprendo yo mismo
Que padezco porque quiero.

  Viéndose invadido i lerdo
Por el penurio sé yo
De pastor se colocó
En un gran piño de cerdos,
Pero mi casa no pierdo
Decia cada momento
Lleno de arrepentimiento,
Espresaba de contino
Me hallo como peregrino
Causa de mil talento.

  Su amado padre lloraba
Por su hijo desobediente.
I el tiempo que anduvo ausente
Pensando en él lo pasaba,
De modo que no se hallaba
Tranquilo un momento infiero,
i él por acá lastimero
Interpretaba penoso
Siendo rico poderoso
Me encuentro de pordiosero.

  Al fin, determinó
Volverse a su propia casa.
Pero su soberbia crasa
En humildad la cambió,
Al padre perdon pidió
Mui triste i arre[p]entido,
Demente i enternecido
El padre le dijo así:
¿Por qué te ausentas de mi
Cuando tanto te he querido?

Ver lira completa

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *