El testamento de mi abuela
DEL ROTO

  Le dejo á mi nietecito,
Dijo cuando se moría
Mi pobre abuela querida,
Toditos mis trastecitos.

       I

  Lo primero que testó
Y que apuntó el escribano
Fué las ramas de un manzano
Que de viejo se secó,
Un terreno que vendió
Mi abuelo cuando chiquito,
Las dos astas de un cabrito,
Un uso y una tortera,
Sin oreja una tetera
Le dejo á mi nietecito.

       II

  Me dejó una ebanadera,
Un pedazo de petate,
Cuatro pedazos de un mate,
Que sirvió de escupidera,
De una silla la trasera
Porque patas no tenía,
Una arca grande vacía
Que era una pura polilla
Le dejo muchas cosillas
Dijo cuando se moría.

       III

  El cabo de un cucharón
En una bolsa trapera
Donde tenía p[  ]
Podridas, y un camisón,
Una tela de un colchón
Tremendamente podrida,
Una piedra en que molía
Partida en cuatro pedazos,
También me dejó un cedazo
Mi pobre abuela querida.

       IV

  Yo quedé muy mejorado,
Según dijo el albacea,
Me tocó una ollita de grea
Arrebosando de miados
Cuatro pellejos pelados,
Cuatro ó cinco cantaritos
Con líquidos esquisitos
De muy perfumado olor,
Yo le regalé al tutor
Toditos mis trastecitos.

       V

  Yo con el llanto en los ojos
Recibí mi rica herencia,
Sin saber la consecuencia
Que encontrarian mis ojos
Sólo de ver los despojos
De mi pobrecita abuela;
Prendí dos ó tres pajuelas
Por buscar en los rincones
Y encontre dos madejones
De paja para una estera.

Ver lira completa

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *