Ayer juéves treinta i uno,
un gran percance pasó
el tren de Talca cayó
al estero de Troncoso.
En los trenes pasa hoi dia
algo que es mui sorprendente
o hai un choque diariamente
o si nó otra fechoría;
hoi el que viaja a porfia
tiene que ser mui toruno,
en un momento oportuno
se le vuela la cabeza
ocurrió una proeza
ayer juéves treinta i uno.
A las ocho salió el tren
i corrió la noche entera
sin sufrir en su carrera
i mui lijero tambien;
las cinco serian bien
cuando el tren se desrieló
en el puente se metió
i éste se empezó a ladear
i sin poderlo evitar
un gran percance pasó.
Los cinco carros primeros
al estero se largaron
i por chiripa escaparon
los carros de pasajeros;
bueyes, toros i terneros
destrozados se les vió
i la jente se escapó
me parece que asustada
a una horrible quebrada
el tren de Talca cayó.
El Gobierno la ha pagado
con estos lances fatales
porque solo en materiales
muchos miles se han gastado;
el tren continuó atrasado
por causa de aquel destrezo;
el Fisco serà forzoso
pagar le que se perdió
porque todo se marchó
al estero de Troncoso.
Cuando uno quiera viajar
si es bueno de entendimiento
debe hacer su testamento,
confesarse i comulgar;
despedirse del hogar
i hasta comprar el cajon,
pues no faltará un zanjon,
un riel u otro desatino.
que prueben en el camino
de que ha tenido razon.