LAS COCHERAS

  Cumpliendo su obligacion
andan las niñas cocheras.
Las que salieron primeras
fueron dignas de atencion.

  Primeramente el cochero
las enseña a gobernar
la palanca, i a parar
para que algún pasajero,
sea pobre o caballero,
ocupe su posesion.
Por nueva disposicion
la Empresa así lo ha dispuesto,
que ellas anden en su puesto
cumpliendo su obligacion.

  Insultos de los jerjeles
reciben a cada paso,
i ellas hacen poco caso
de semejantes lebreles.
Siendo en su servicio fieles,
no importa que las rameras
las traten de madrineras
o de mujeres hombradas,
si honrosamente ocupadas
andan las niñas cocheras.

  Los caballos ensillados
la Empresa tendrá que darles,
i al mismo tiempo enseñarles
cómo han de ser gobernados.
Para esto hai hombres pagados
en todas las pesebreras.
Algunas niñas solteras
tal empleo no admitieron,
por lo burladas que fueron
las que salieron primeras.

  Si la cochera es viejona
los pililos sin camisa,
de ella empiezan a hacer risa
tratándola de rabona.
Esto hace aquella persona
que no tiene educacion.
De toda la poblacion
mil aplausos recibieron.
Las primeras que se vieron
fueron dignas de atencion.

  Por último, ya tenemos
cocheras i conductoras,
solo faltan inspectoras
las que mui breve veremos;
los hombres dicen: ¡qué haremos!
si todos nuestros quehaceres
los ocupan las mujeres,
pues seràn obras mas bellas,
cuando representen ellas
el papel de bachilleres.

Nota: verso publicado por Bernardino Guajardo, ver.

Ver lira completa

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *