Una madre desgraciada,
Su propia hija mató;
Este crimen cometió
La desnaturalizada.
La prensa no se que dia,
Dió cuenta de haberse hallado
Un parvulito botado
Femenino aun decia.
Muerta a la comisaría,
La niñita fué llevada;
La justicia es informada
Luego despues de este objeto,
Dando el detalle completo
Una madre desgraciada
Una señora decente,
Se fué como a los dos dias;
I encargó a la policía,
Una fugada sirviente.
I dijo que una inocente
Con tal mujer se perdió.
Por el detalle que dió
Resultó ser la encontrada
I esta sirvienta malvada
Su propia hija mató.
Entonces la policía.
Se fué a buscar la sirviente,
I la llevó prontamente
Donde el juez al otro dia.
Ella con su sangre fria,
El suceso declaró,
El episodio contó
Con serenidad i valor,
Porque sin pizca de horror
Este crímen cometió.
Dijo con la ama pelié,
I cuando me retiraba,
Llorando mi hijita estaba,
I al momento la tomé.
El pescuezo le apreté
Hasta dejarla ahorcada
I con boca tapada,
A la acequia la voté
I esto declaró, diré
La desnaturalizada.
Al fin la tal Prosperina,
Se encuentra en lugar seguro;
Porque con tormento duro
Mata su hijita Agustina;
La justicia hoi determina
Castigar la homicida;
Dios quiera que a sangre fria
Pague lo que cometió;
Porque la que asesinó
Solo diez meses tenia.
Juan B. Peralta.
Huemul 34.