Un hombre, sobre curado,
A su mujer ultimó;
El pescuzo le cortó
Este malintencionado.
Entre Franklin i Placer
Una pieza éste arrendaba;
Y curado este hombre, daba
En celar a su mujer.
Tenía el veneno cruel
Como un demonio encerrado
En su pecho, i ensañado
Cometió el crimen fatal,
Para hacerse criminal
Este hombre sobre curado.
Uno que vivia al lado
Sintió un grito lastimero,
Z fué Valentin Quintero,
Que de la occisa es ahijado.
Este se encontró aterrado
Cuando a la pieza entró;
Luego a la calle salió
Diciendo que su padrino,
Para hacerse un asesino,
A su mujer ultimó.
A dar fé de lo ocurrido
Llega el capitan Rodriguez,
Y ordena que pronto pillen
Al malvado forajido.
Por crímen tan atrevido,
Este asesino feroz
No tendrá perdon de Dios
Y lo habrá de padecer.
Por celos a su mujer
El pescuezo le cortó.
Este corazon de fiera,
Con el mas pérfido intento,
Cometió el crimen sangriento
De tan horrible manera.
El capturalo se espera.
Mui luego al desbaratado,
Y despues de aprisionado
Que el crimen pague es deber,
Por matar a su mujer
Este malintencionado.
Al fin, Salvador Farías,
Si lo llegan a pillar.
Su delito ha de purgar
De tan atroz tiranía.
Oh! qué pena sentiria
El hermano o el compadre,
El cuñado o la comadre,
Que al fin parientes tendrá,
Y mucho mas sentirá
Su anciana i querida madre!