Prision de un soldado

  Cuando estaba en libertad
Tenia varios amigos,
Ahora que estoi cautivo.
Se me acabó mi amistad;
Caí en esta frajilidad,
El estar tan prisionero
Con unos mostrosos hierros
Rematados a martillos,
Con unos pesados grillos
Se lamenta un prisionero.

  ¡Por qué seré tan fatal!
¿Que seré mui mal cristiano?
Que ninguno de mis hermanos
Me ha venido a visitar;
Ni a las viejas preguntar
De mi hermano, qué habia sido,
Me encuentro tan desvalido
Clamándole al Redentor;
Se oyen las lamentaciones
De un triste infeliz cautivo.

  Con el frio atormentado
Se me han helado los piés,
No sé qué tiene este juez,
Que no me saca a juzgado;
Estuve incomunicado
Pasando dobladas penas;
Remáchenme una cadena
No falte a lo que promete,
Póngame al frente un piquete
I léame la condena.

  Le di parte al cabo de guardia
Que me llamase al Alcai,
Que con él queria hablar
Unas dos o tres palabras;
De ahí me formó unas caulas,
Queriéndome dar azotes;
Tengo tres llaves de un porte
Para remacharte un candado,
Para que no pida juzgado
Ni apele contra la Corte.

       Despedida

  Revivan los caballeros,
Verde cogollo de peral,
De que salga de estas puertas
Yo sabré con quién andar.
Con nadie me he de juntar
I con todo andar alerta;
I estas palabras son ciertas
I decirlas me conviene;
El que cae prisionero
Pariente ni amigo tiene.

       DESIDERIO PARRA I Cª CON VICENTE ILABACA

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