Que mas negro puede ser
o un cielo sin luminar,
o el abismo de la mar
o el alma de una mujer.
Encadenado a una peña
miro el agua cristalina
i parece que la indina
me estuviese haciendo seña;
sin que mi alma sea dueña
para poderla beber;
cuando te miro mujer
esta angustia es la que siento;
¡que este bárbaro tormento
que mas negro puede ser!
Corta el pájaro el vacio
i el pez la mar prepotente,
baja del monte el torrente,
cruza los campos el rio,
solo yo en el amor mio
vivo en eterno penar;
solo tengo que mirar
en esta vida que paso
de la desgracia el abrazo
o un cielo sin luminar.
Inutilmente te he dicho
lo acerbo de mi dolor;
tu correspondes mi amor
con la burla o el capricho;
de cruel espina es el nicho
en que puedo descansar;
yo podria bien llenar
con las làgrimas que vierto
la inmensidad del desierto
o el abismo de la mar.
Hasta el tigre que es la fiera
mas terrible i sanguinaria
la gratitua necesaria
tambien muestra a su manera,
hasta un trozo de madera
sentirà mi padecer,
no es fácil, pues, responder
que en este mundo es mas duro
si las paredes de un muro
o el alma de una mujer.
Esto que yo lo comprendo
enciendo mas mi pasion
i sufre mi corazon
cada vez que yo la ofendo:
el contratiempo es tremendo
pero no por eso aflojo,
por satisfacer su antojo
sufriera el mayor martirio
i le diera en mi delirio
mil besos por cada enojo.