En los Andes, mis lectores,
fueron de un modo violento
presas de envenenamiento
como dieziseis señores.
Lo que ahora les relato
repleto de indignacion
es según mi razon,
peor que un asesinato;
es el mas ruin desacato
de los crímenes peores;
a justos i pecadores
esta maldad los alcanza;
ha pasado esta venganza
en los Andes mis lectores.
Un maldito cocinero
sin entraña i corazon,
por matar a su patron
echó veneno al salero;
i fué en el hotel primero
que hai en el departamento,
i así despues de un momento,
de fuertes retortijones
atacados los glotones,
fueron de un modo violento.
Habia algunos tambien
que al concluir la comida
como estaban de partida
fueron a tomar el tren;
estos tuvieron sosten
i aguantaron sufrimiento,
llegaron en un lamento
a esta culta capital
pero todos ya mui mal
presas de envenenamiento.
Mui luego se capturó
al autor de ese percance,
la justicia le dió alcance,
i adonde el juez lo llevó;
allí todo confesó
i sin esfuerzos mayores;
debido a los doctores
que nabian ahí por suerte
se libraron de la muerte
como dieziseis señores.
Pero es justo que recuerde
que a pesar del gran cuidado
no fué tan afortunado
el pobre jóven Valverde;
la piel se le puso verde
i murió al dia siguiente,
se alarmó mucho la jente
con este acontecimiento
i pedia el escarmiento
para el feroz delincuente.