Al fin cayó a la capacha
el tal Ciriaco Contreras;
ahora cayó de veras
i está con la oreja gacha.
¿Quien no ha oido nombrar
en territorio chileno
a este malhechor sereno
de hazaña mui singular?
¿quien no ha oido contar
hasta en la última covacha
de este hombre de buena facha
valiente, soberbio i tiezo?
pues, lector, con todo eco
al fin cayó a la capacha.
Aunque el hombre habia hecho
algunas badulacadas,
estas fueron perdonadas
i entró a ser de provecho;
favoreció con su pecho
i su alma de las primeras
a las violencias rastreras
de la brutal dictadura
i por eso està en la dura
el tal Ciriaco Contreras.
Si lo que se dice es cierto
de que ha sido tal bellaco,
parece que don Ciriaco
ya puede darse por muerto;
siendo un hombre tan dispierto
i de historias verdaderas,
venia de las afueras
i en Rancagua lo pillaron;
si otras veces lo largaron
ahora cayó de veras.
En cuanto aquella noticia
empezó a ser conocida
mui contenta i complacida
metió mano la justicia;
conociendo su pericia
luego un parte se despacha,
grillete se le remacha
i se embarcó sin estrago
hasta que llegó a Santiago
i està con la oreja gacha.
Este famoso bandido
aunque ahora paga el pato
fué como Pancho Falcato
de renombre i conocido,
pero estaba arrepentido
de haber sido criminal;
pero fué dictatorial
i esto lo ha perjudicado:
pobre Ciriaco afanado
que Dios te ayude en tu mal.