Dentro la Estacion Central
un cadáver fué encontrado
bajo de un carro botado
víctima de un criminal.
Trajinando un palanquero
que hace servicio nocturno
i se encontraba de turno
divisó un bulto primero;
se le acercó mui lijero
para ver lo que era tal,
dió un salto fenomenal
al ver lo que habia hallado,
era un hombre asesinado
dentro la Estacion Central.
Entre las doce i la una
de la noche fué el asunto
i donde el guardian del punto
fuè a avisarle su fortuna,
éste se quedó en ayuna
pero fué al sitio indicado
ahí de sangre manchado
i con horribles señales,
de cinco heridas mortales
un cadáver fué encontrado.
Luego se le sometió
a un exámen minucioso
i del crímen misterioso
parte al juzgado se dió;
sumario se levantó
sobre el hecho denunciado;
se llamaba el desgraciado
Zúñiga Hermenejildo
i lo ha dejado el que tildo
bajo de un carro botado.
La cosa no es tan sencilla
de esplicar ni se conoce
puesto que dando las doce
se echa llave a la rejilla:
¿cómo al hechor no se pilla
ni se oyó el grito fatal?
Está preso el policial
que vijilaba el recinto
cuando ha caido el estinto
víctima de un criminal.
Dar una leccion tremenda
es preciso lector mio,
para que el picaro impío
alguna vez tenga enmienda;
la actividad se encomienda
al cuerpo de policía,
ponga toda su porfia
en echar lazo a la fiera
de la sociedad entera
que el criminal no se ria.