Las bolas
(Publicado en tiempo de la Dictadura)

  Hoi se puede ciertamente
bautizar con propiedad,
por tiempo de novedad
a la época presente;
¿dónde hai un grupo de jente,
donde hai dos persenas solas,
que haciéndose las mui trolas
no piden una noticia?
en este tiempo en justicia
todo el mundo anda con bolas!

  ¿Qué bolas tiene mamá?
le dice a la madre la hija
i ella contesta prolija:
las mismas de tu papá;
mas por la puerta de allá
viene dentrando una amiga
i al momento la atosiga
¿qué bolas tiene usted? cuente;
la otra dice: solamente
las de mi novio Barriga.

  Viene el padre apresurado
regresando de un negocio
que tiene allá con un socio,
hombre mui encopetado
i se le atraca al costado,
el hijo, i con dulce voz
le dice: diga por Dios!
usted que del centro viene
papá ¿cuántas bolas tiene?
i él le responde: ¡dos!

  La novia de don Armando
que siendo recien casada
es bastante aficionada
a andar las bolas buscando,
al verlo que iba llegando
al golpe le preguntó:
¿ trae bolas? como nó
pero tú ya las conoces:
me han pegado un par de coces
que sin habla me dejó.

  Alguien pregunta a un viajero
¿son las bolas por el norte
de mayor tamaño o porte
que las de aquí compañero?
el otro que es un guerrero,
echando mano a su sable
contesta al fin favorable;
—¿i hai alguna creible?
el otro dice: es posible
i las hai hasta palpable.

Nota: verso publicado por José Arroyo, ver.

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