Por seguir a una mujer,
un jovencito cura
le ha pasado una aventura
mas fea que Lucifer.
Era este monigote
un bello seminarista
i a mas de ser buen artista.
un fátuo de capirote:
si se hiso sacerdote
no lo fué por su quierer,
pues se ha llegado a saber
que sin tener vocacion,
fuè hombre de relijion
por seguir a una mujer.
En un dia a la oracion
del pasado mes de Enero
bajó en su casa el cartero
i sacudió el aldabon,
salió el cura ¡que emosion!
¡es carta de una hermosura!
abre el sobre con locura:
¡Por Dios santo es una cita!
¡ayuda Vírjen bendita!
a un jovencito cura!
Con esencia de alelí
el billete perfumado.
perfectamente doblado
decia testual así:
quien te ama con frenesí
te espera a las diez a oscura,
en la calle de Padura
donde hai una puerta abierta
i por aceptar la oferta
le ha pasado una aventura!
Llegó a la pieza en cuestion
i a la hora señalada
i al ver la puerta entornada
se metió de sopeton,
le latía el corazon,
al ir la vela a prender
i el curita pudo ver
junto con su gran desastre,
la figura de su sastre
mas fea que Lucifer.
Ver al sastre i esclamar
¡cuerpo del diablo! que es esto?
i hacer un horrible jesto
fué obra de un suspirar,
es un modo de cobrar
le dijo el sastre risueño,
vaya entregando a su dueño
el calzon i la zotana
i desnudo como rana
le hechó fuera a buscar sueño.
Nota: verso publicado por Adolfo Reyes, ver.